I
La música terminó callando pájaros
y ahí te veo tan violeta, los dos
componían sinfonías ajenas
y siempre se desmigaja como arena
gritó, loco, de arroz con jamón:
¡los dientes, los dientes!
Trenes, colectivos y bicicletas y todavía nada
como garzas comiendo avena atroz
como si estuviera lamiendo el tiempo
ferozmente incómodo se encontró.
II
Iban los santos de la muerte riendo
quedaba tomar esta vida y chocolatada
jugando a pasarla de palmas.
No se aprieta este sol que se suelta
y me perdí en tus burbujas grices.
Tristes revistas leídas en ratos de ocio
tan alta, lánguida, que me estremece
despeinado como hielo picado.
Es una luz blanca que electrocuta
y la sal me enmudeció.
III
Me encontré escuchando tu espejo
roto el cajón bordó
tenía ese pelo de dos portazos juntos
y esos copos de blanco marfil florecían mientras
se sentían los badajos golpeando años.
¡Argh, y la concha de todo!
Si sólo tuviera el portal entreabierto.
Tus patas de alondra rasgaron llanto,
¡agua! hace calor y no puedo mirar
u hombres amorfos cortejando fieras.
domingo, 2 de agosto de 2009
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