Miraba los pinos y el arroyo
cuando sintió el llamado de
viento sureño salvaje
"acaricia mi ensueño"
de los hombres sin dueño
te lavan la ropa con
lejía sacada de grasas opulentas
más grandes que las obras completas de Lenin
pero essssta, porque al final no sirven para nada
hijos de puta, lacras, cachivachones,
papanatas, cuchitril, pelele,
y la concha del niño Jesús.
miércoles, 3 de abril de 2013
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